Si nos destrozamos en una pesadilla
que no tenga ni pies ni cabeza
y con el corazón dando tumbos sobre las
piedras
me obligas a llorar por ti,
a recoger las vísceras que dejas por el camino,
es entonces cuando me echo a dormir
a tomarte en algún sueño,
pero surge otra pesadilla
que tiene pies y cabeza,
algo así como la vida,
y es ahí donde acabas
de destrozarme.
SÍNDROME N.º7
Nada vale una vida
excepto otra vida,
así la luz de los ojos de madre
guiará mi balsa
serena y abismal.