VUELO DE BOLSILLO AL PANTEÓN DE LOS DURAZNOS
Dulce tormenta, no llores,
en la noche las lluvias serán tu refugio,
vuelve a casa en tu barco de cielo
de pájaro espejo de gato amarillo al morder
una pluma de garza con tiernísima unción
entre negros duraznos.
BALADA DE LA SENDA QUE YA NO ES SENDA
Una senda añosa sin huellas de pisadas
una casa habitada por soledades
unos huertos en libertaria floración
éxodo de automóviles hacia playas de moda
he aquí los protagonistas.
El almendro se ha quedado solo
bajo la lluvia que ahora reza
bajo el sol que pasa del brazo de una canción
y la senda que ya no es senda
y la casa que es sólo un tambor.
En la teja nace el geranio
la puerta sólo al viento recibe
las estancias suenan como tambores
y están ciegas las ventanas
y la senda que sólo es senda
para la hierba desconsolada.
En la tierra no queda un surco
la chimenea sigue sin humo
en sus grietas anidan pájaros
hay una red de telarañas
las almendras en el suelo caen
y en el tambor suena la gotera.
Los brazos mozos se ausentaron
a cuidar una tierra distante
un hermano y el otro y el otro
y la viejita fue muriendo
secándose el aljibe
el huerto en la anarquía
y la senda sólo para el viento
y la estancia sólo para el polvo.
Atrás quedaron los protagonistas
bajo el sol tibio de una tarde
las ventanas sin un parpadeo
las almendras para los pájaros
la puerta para que penetre el silencio
la gotera para llorar el olvido
y la senda que ya no es senda
porque nadie regresa del tiempo.