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Tomás Morales Castellano nació en la villa de Moya (Gran Canaria) el 10 de octubre de 1884. Es el máximo representante del movimiento modernista en Canarias y uno de los más significativos de la literatura hispánica.
Tomás Morales Castellano nació en la villa de Moya (Gran Canaria) el 10 de octubre de 1884. A principios de la década de 1890 se traslada a la capital de la isla, Las Palmas de Gran Canaria, para ingresar en el colegio San Agustín y en 1900 se matricula en el curso preparatorio de Medicina en la ciudad de Cádiz. Dos años después aparecen los primeros versos del poeta en la revista canaria El Teléfono. En 1904 se traslada a la Facultad de Medicina de San Carlos de Madrid, lo que le permitirá entrar en contacto directo con el ambiente literario del momento en la capital de España. Allí estrechará lazos con intelectuales isleños como Benito Pérez Galdós, Luis Doreste Silva o Ángel Guerra, así como con algunos de los escritores modernistas españoles más destacados de la época, como Salvador Rueda, Francisco Villaespesa, Carmen de Burgos Colombine, Enrique Díez-Canedo, etc. Sus poemas verán la luz en publicaciones periódicas y revistas como Renacimiento Latino (1905), Revista Latina (1907−1908) y Revista Crítica (1908−1909).
En 1908 aparece su primer libro, Poemas de la gloria, del amor y del mar, formado por tres grandes apartados entre los que destaca, por la repercusión que tuvo en la época, el conjunto de textos dedicados al mar. En 1910, mientras promociona su libro entre Madrid y Las Palmas de Gran Canaria, termina la carrera de Medicina. Ya en las Islas Canarias, entre 1910 y 1914, Morales se instala sucesivamente en Moya y en Agaete, donde ejercerá como médico de familia. En 1914 contrae matrimonio con Leonor Ramos de Armas. En esos años continúa publicando en prestigiosos medios de Europa e Hispanoamérica, como por ejemplo en la revista Mundial Magazine (1911-1914), dirigida en París por Rubén Darío. Su regreso a Canarias le permitirá intensificar sus lazos con amigos como Alonso Quesada, Saulo Torón, Domingo Rivero, o el pintor Néstor, así como con otros más jóvenes: Claudio de la Torre, Pedro Perdomo Acedo, Agustín Millares Carlo, Fernando González, etc.
A principios de 1919 el poeta se traslada con su familia a Las Palmas de Gran Canaria, e ingresa en el Partido Liberal Demócrata. A finales de ese año ya tiene configurado el material que constituiría el segundo tomo de Las Rosas de Hércules, pues el primero en realidad debía ser una edición corregida de Poemas de la gloria, del amor y del mar. Se traslada a Madrid para cuidar la edición del libro, minuciosamente preparada por el poeta, como lo atestigua el Libro de Autor que se conserva en la Casa-Museo que lleva su nombre. El resultado es una magnífica edición, realizada al gusto de la estética modernista. Entre los colaboradores figuran el pintor Néstor, el artista José Hurtado de Mendoza y el arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, que colaboró en el diseño.
En 1920 el estado de salud de Morales es muy delicado. Pese a ello se dedica a la preparación del tomo primero de Las Rosas de Hércules. A lo largo de 1921 empeora su estado de salud hasta que, el día 15 de agosto, fallece en su casa de Las Palmas de Gran Canaria. Aunque no pudo ver publicado el tomo I de Las Rosas de Hércules (aparecido en 1922), la totalidad del material había quedado preparado por él mismo y listo para la imprenta.
Tomás Morales es el máximo representante del movimiento modernista en Canarias y uno de los más significativos de la literatura hispánica.
Desde un punto de vista literario, la publicación en junio de 1908 de Poemas de la gloria, del amor y del mar supuso un giro en la sensibilidad poética del momento, a caballo entre el post-romanticismo y un modernismo acartonado. Dos cuestiones fueron ampliamente señaladas por la crítica: la visión marina y la magnífica factura del verso. En cuanto al tema del mar, Morales logra un novedoso equilibrio entre aspectos aparentemente opuestos, pues a un espacio geográfico en principio realista (los puertos, los marineros, los barcos, el comercio…) superpone una visión subjetiva y simbolista, propia de la ensoñación romántica. Desde el punto de vista formal, Morales trata esos aspectos mediante una expresión renovada, bajo la estructura del soneto de verso alejandrino, dotado de un ritmo exquisito y una sonoridad peculiar. En otras secciones del libro, además, Morales demostró sus excepcionales cualidades no sólo como versificador, sino también en el tratamiento de temas en la línea estética modernista. Para la tradición literaria canaria, en concreto, la aparición de este libro marcó el comienzo de su modernidad.
Desde un punto de vista interno, es decir, en relación con el conjunto del universo poético de Tomás Morales, los Poemas de la gloria, del amor y del mar no son más que el primer eslabón de un magno proyecto gestado desde muy temprano por el autor, que se iría materializando con el tiempo en Las Rosas de Hércules. Morales quiso representar poéticamente en su obra definitiva distintas secuencias, en clave simbólica, de la Creación del Mundo, de tal manera que se pudieran identificar con el propio acto de la Creación Poética. Los cuatro elementos (tierra, mar, aire y fuego) protagonizan este ambicioso proyecto en el que la tradición clásica grecolatina se convierte en hilo conductor de un lenguaje que pretende poetizar, ente otras cuestiones, el elemento oceánico (especialmente en la Oda al Atlántico), la ciudad y el progreso (en Poemas de la ciudad comercial), el volcán (esbozado en el “Himno al Volcán”), e incluso el propio arte, mediante distintos tipos de composiciones y recursos (ambientes festivos, homenajes a pintores o escritores, elegías…).