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La trayectoria de María Rosa Alonso responde a una de las principales voces de la intelectualidad española, formadas en la Universidad Central de Madrid durante la República, que tuvieron que emigrar a Hispanoamérica tras el término de la Guerra Civil (1936-1939); en su caso, se trata de un exilio a Venezuela.
Fundamentalmente crítica literaria, ensayista y docente, es también autora de una novela, miembro fundador del Instituto de Estudios Canarios, y una extraordinaria articulista y colaboradora en los medios periodísticos de su tiempo.
Nacida el 28 de diciembre de 1909 en Tacoronte (Tenerife), María Rosa Alonso se traslada a San Cristóbal de La Laguna con su familia cuando es una niña. En 1927 finaliza sus estudios de Bachillerato, y en 1930 comienza a firmar sus primeras colaboraciones periodísticas, bajo el seudónimo de María Luisa Villalba, en publicaciones como La Tarde, La Prensa, Hoy y Decimos. En 1933, gracias a sus excelentes calificaciones y a sus actividades culturales, logra una beca del Cabildo y marcha a la Universidad Central de Madrid (hoy en día, la Complutense), en cuya Facultad de Filosofía y Letras inicia sus estudios en Filología Moderna. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, acontecimiento que la sorprende de vacaciones en su isla natal, interrumpe tu actividad literaria y académica. Durante varios años no puede seguir estudiando en Madrid, si bien no cesa en su actividad intelectual: en 1940, ven la luz sus dos primeras obras: San Borondón, signo de Tenerife: Artículos, notas, crónicas y En Tenerife, una poetisa. Victorina Bridoux. 1835-1862.
En 1941, perdida su beca por discrepancias ideológicas con el Régimen, comienza a buscar trabajos en la isla que le permitan ahorrar lo suficiente para volver a Madrid. Lo consigue y pronto termina su licenciatura. En 1942, accede al cuerpo de profesores de la Universidad de La Laguna; y en 1944, la Real Sociedad Económica de Amigos del País premia y edita su obra Un rincón tinerfeño. La Punta del Hidalgo. Este mismo año, se alza con el Premio del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria con el texto «Canarias en su alma y expresión literaria». Un año después, publica en Las Palmas de Gran Canaria Con la voz del silencio, en la Colección de Bibliófilos, núm. 20, cuya edición estuvo a cargo de Juan Manuel Trujillo.
En 1947, María Rosa Alonso obtiene por oposición una plaza como profesora adjunta de Literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna. Además, empieza a colaborar con el diario El Día (Santa Cruz de Tenerife); y con las revistas Arbor, Arte y Letras, Cuadernos de Literatura, Poesía española, Índice e Ínsula (Madrid).
En 1948, defiende en la Universidad de Madrid su tesis doctoral El Poema de Viana: Estudio histórico-literario de un poema épico del siglo XVII, que será publicada en 1952. En 1949, obtiene el primer premio en el certamen del Ateneo de La Laguna por el título La obra de Manuel Verdugo, cuyo jurado es presidido por el académico José María Cossío.
En 1951, María Rosa Alonso publica la única entrega de creación literaria que escribió: se trata de la novela Otra vez…, que pronto sería comentada por otros intelectuales y escritores como Domingo Pérez Minik, Emeterio Gutiérrez Albelo, Luis Diego Cuscoy, Ramón García Sol, Sebastián Padrón Acosta, Luis Gálvez o Luis Doreste Silva.
En 1953, la profesora renuncia a su puesto docente. A pesar de que sus capacidades intelectuales habían quedado más que demostradas, la situación política la empujaba a un exilio forzado. La Universidad de La Laguna edita su libro de ensayos Pulso del tiempo, y posteriormente emigra a Venezuela, lugar en el que desarrollará una intensa labor docente y periodística. En 1958, María Rosa Alonso asume la cátedra de Filología Española de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela), así como la organización y redacción de la revista de la Facultad, Humanidades. En 1960, se publica Residente en Venezuela, obra que recoge las distintas preocupaciones de la escritora por este país y su cultura. En 1962, asiste, por invitación de los organizadores, al Primer Congreso Internacional de Hispanistas, celebrado en la Taylor Institution (Oxford, Inglaterra), donde lee la comunicación «El español que se escribe en Venezuela».
En 1968, recibe la Medalla de Bronce de la «Orden 27 de junio», concedida por el Ministerio de Educación de Venezuela, por su meritorio recorrido como docente. En 1969, le es otorgado el Diploma de Honor y Medalla de Plata en reconocimiento a los servicios prestados a la Universidad de Los Andes. Asimismo, es invitada al II Congreso Internacional de Estudios Verdianos, celebrado en las ciudades italianas de Verona, Parma y Susseto, efeméride en la que ofrece la lectura de su trabajo «El tema de don Carlos en la literatura: sus orígenes y desarrollo».
En 1972, publica Papeles Tinerfeños, obra que recopila setenta artículos, en Ediciones Nuestro Arte. En 1989, el Cabildo Insular de Tenerife publica La ciudad y sus habitantes, una compilación de diferentes artículos. En 1990, se publica Las Generaciones y cuatro estudios (El Mar, Guillén Peraza, Las Rosas y un Misterio). Un año más tarde, es nombrada Miembro de Honor del Instituto de Estudios Canarios; y escribe la «Introducción» de la obra de Antonio de Viana, Antigüedades de las Islas Afortunadas, editada por la Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias en la colección Biblioteca Básica Canaria. Igualmente, realiza la «Introducción» de Poesía de la segunda mitad del siglo XIX, de la misma colección.
En 1994, María Rosa Alonso es nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de La Laguna; y en 1998 se publica una recopilación de treinta artículos, La Luz llega del Este, todos ellos vinculados a la historia de Canarias. La autora regresa a La Laguna en 1999. Sus colaboraciones con el diario El Día continúan, si bien es cierto que sus problemas de vista no le permiten trabajar con tanta asiduidad como antes.
La autora fallece en 2011 en Tenerife, a la edad de 101 años, legando una extraordinaria y valiosísima aportación a los estudios humanísticos.
El recorrido vital y profesional de María Rosa Alonso es, desde sus inicios, abrumadoramente intenso; razón por la cual, en este apartado, nos detenemos en determinados trabajos y aspectos que ayudan a comprender mejor la incansable labor de la autora.
En 1931, María Rosa Alonso obtiene cuatro premios en el certamen convocado por El Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, en la conmemoración del segundo centenario del nacimiento de José de Viera y Clavijo. Un año más tarde, co-funda el Instituto de Estudios Canarios. Discípula de Ortega y Gasset, Dámaso Alonso, Américo Castro, Pedro Salinas y T. Navarro Tomás, combina su faceta de estudiante, a partir de 1935, con la de secretaria y redactora de la revista universitaria Cuadernos de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid (la actual Complutense), donde publica, entre otros, los brillantes trabajos «El tema de la mujer hasta Quevedo» y «Gustavo Adolfo Bécquer». Igualmente, escribe varios artículos en el diario El Sol de Madrid. Para entonces, María Rosa Alonso despunta ya como una de las jóvenes voces críticas de mayor proyección y apasionada vocación filológica.
En 1939, es nombrada corresponsal de la revista El Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria. En 1943 empieza a colaborar con el periódico Falange de la misma ciudad. Además, este año el Consejo Superior de Investigaciones Científicas edita la Comedia de Nuestra Señora de Candelaria, de Lope de Vega, obra de la que María Rosa Alonso realiza un exhaustivo estudio y una cuidada edición. Asimismo, durante esta primera gran etapa, desempeña el cargo de secretaria de la Revista de Historia, en la Facultad de Filosofía y Letras; y se encarga de la sección de notas literarias entre 1942 y 1952, realizando un total de ciento cincuenta fichas sobre libros, amén de coordinar la sección de bibliografía de encarte de autores canarios. En 1951, logra el primer premio del Ateneo de La Laguna por el trabajo «La isla a través de Antonio de Viana», publicado, transcurridos los años, en El Día, en las entregas del 23 y 30 de abril y 1 de mayo de 1968.
Ya exiliada en Venezuela, ofrece clases en liceos y colabora en Caracas con la Comisión Editora de las Obras Completas de Andrés Bello. Además, comienza su participación con el Diario de Las Palmas. A partir de 1955, la autora publica de forma constante en Papel Literario (El Nacional, Caracas) y en Índice Literario (El Universal, Caracas). En esa misma fecha, el Instituto de Estudios Canarios edita su libro Manuel Verdugo y su poética, premiado por el Ateneo de La Laguna. Aparecen trabajos suyos en otros medios, como Revista Nacional de Cultura, Cultura Universitaria, El Farol y Revista Shell (Caracas); Ciencia y Cultura (Maracaibo); o Inter-American Review of Bibliography (Washington). En 1956, recibe el premio de Intercambio para escritoras extranjeras, por el trabajo «Aspectos de la vida venezolana», publicado por El Universal. En 1966, María Rosa Alonso publica Apuntes de Ortografía Española con aplicaciones de léxico y Apuntes sobre la conjugación española; trabajos filológicos especialmente dirigidos a estudiantes de español. Un año más tarde, se edita Sobre el español que se escribe en Venezuela, donde la autora realiza un análisis centrado en el lenguaje periodístico.
En 1975, es nombrada socia de número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, y se decide dar a un colegio de su municipio natal, Tacoronte, el nombre de «María Rosa Alonso». En 1976, la villa de Ingenio (Gran Canaria) da el nombre de «Profesora María Rosa Alonso» a una de sus calles. En 1979, es nombrada Miembro de Honor del Ateneo de La Laguna. Además, le es concedida la Medalla de Oro de la isla de Tenerife, otorgada por el Cabildo Insular. En 1982, es nombrada Miembro de Honor de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife. Cuatro años más tarde, el Centro de la Cultura Popular Canaria la distingue con la Medalla Espiral.
En 1987, recibe el Premio Canarias de Literatura, máximo galardón de las Islas en reconocimiento a su trayectoria.
Ya instalada en Canarias definitivamente, María Rosa Alonso lee el pregón de las Fiestas de Mayo (1988), titulado «Santa Cruz, vocación de futuro», que es editado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Asimismo, es nombrada Socia de Honor de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. Además, se otorga el nombre de «María Rosa Alonso» a una calle en La Cuesta (San Cristóbal de La Laguna) y a otra en Santa Cruz de Tenerife.
En 2001, se establece el nombre de «María Rosa Alonso» a la Biblioteca del Centro de Profesorado de La Laguna. Además, se publica la obra Álbum de Victorina Bridoux y Manzini de Domínguez. Al año siguiente, se le concede el Teide de Oro, distinción otorgada por Radio Club Tenerife, por su trayectoria profesional investigando temas vinculados con Canarias.
En 2010, se dedica el Día de las Letras Canarias a María Rosa Alonso, en homenaje a su centenario; y es nombrada Hija Adoptiva de La Laguna. Además, este mismo año se reeditan las obras Un rincón tinerfeño. La Punta del Hidalgo, Otra vez…, El Poema de Viana. Estudio histórico-literario de un poema épico del siglo XVII, Pulso del tiempo, Manuel Verdugo y su obra poética, Papeles Tinerfeños, La ciudad y sus habitantes, Las Generaciones y cuatro estudios y La Luz llega del Este; edición a cargo de Olga Álvarez de Armas, realizada en la Colección María Rosa Alonso (MRA), por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias.