Bartolomé Cairasco de Figueroa

Por Carlos Brito Díaz

Cairasco de Figueroa (1538-1610) fue canónigo de la catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria y un animador de la vida sociocultural de su ciudad. Se le asoció inequívocamente en su época al cultivo del verso esdrújulo. Fue el responsable de la irradiación de esta modalidad de verso en su tiempo y lo cultivaron, a imitación de los suyos, Antonio de Viana, Cervantes, Góngora, Lope de Vega, Juan de Arguijo o algunos autores de novelas pastoriles (Jorge de Montemayor, Gaspar Gil Polo, Luis Gálvez de Montalvo o el canario Bernardo González de Bobadilla), asímismo la moda pasó a América (sor Juana Inés de la Cruz también tanteó este tipo de verso).

De origen ítalo-nizardo, Cairasco de Figueroa fue canónigo de la catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria y un animador de la vida sociocultural de su ciudad. Organizó «una academia del jardín» en su casa, a imitación de los cenáculos platónicos, con ingenios locales y visitantes, cuya tertulia se considera el más notable núcleo intelectual del siglo, junto a otro, de menos alcance, desarrollado en la isla de La Palma en torno a Juan Bautista Poggio. Fue un irregular estudiante y no obtuvo siquiera el título de bachiller a pesar de tener la oportunidad de formarse fuera de las Islas. Tras haber probado fortuna como poeta cortesano y haber optado al puesto de Cronista Real en 1606, que no obtuvo, regresa al exilio provinciano, una vez frustradas sus aspiraciones en la Corte, para ocupar su canonjía catedralicia, en un periplo vital similar al de Góngora. Sin embargo, no perdió ocasión de organizar la vida cultural de su ciudad amparado por el Cabildo y fueron notorias sus intervenciones en las Fiestas de Navidad y Corpus y en los recibimientos de los nuevos prelados que se incorporaban a la diócesis. Fue interlocutor de la ciudad frente al pirata Pieter Van der Does en su asalto a la capital grancanaria en 1599.

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